19 sept 2012

Habilidades.

Señora enjoyada y apestando a laca Nelly baja por las escaleras de su piso. En el zaguán y frente a la puerta que da a la calle se encuentra, fregona en mano, a su peor enemiga. Se para.

– Claudia.
– Hola.
– Quiero pasar.
– Está mojado.
– Ya veo.

Relativo silencio. Suenan abalorios de plástico rozándose entre sí.

– Es que estoy limpiando, por si no lo ves.
– Lo veo, te digo. Sé ver.
– Eso es fascinante.

Silencio total. La que limpia crea una península de suelo seco por la que salir, y sale.

– Eres muy hábil con el mocho. Tanto incluso como con los chismorreos.
– Lo sé.
– Has estado practicando todos estos años. Se nota –intenciones–. Eres brava.
– Me vas a contar lo de Pepe –con la fregona amenaza con mojar el trozo de suelo seco–. Hace mucho que no sé de él y huele a cadáver desde aquí.
– En otro momento –pega un carrerón hacia la puerta pero la otra moja el suelo. Ambas quedan atrapadas–.
– Me lo vas a tener que contar, María Jesús. No tienes escapatoria.
– Voy a subir porque me he dejado de casualidad el gas abierto –empieza a subir casi corriendo–.
– ¡Algún día descubriremos qué has hecho con tu marido! ¿Me oyes? ¡Pronto!

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