8 may 2013

Tres días son mucho tiempo

   Un señor lleno de barro y con las ropas rasgadas en una tienda de aparatos electrónicos.

— Hola, soy Tomás Falsas.

— Y qué desea.
Pues verá, llevo casi tres días intentando entrar pero se me hizo prácticamente imposible y si no fuera por ese señor de ahí creo que ni siquiera estaría aquí ahora hablando con usted —señala a un señor—. Deberían facilitar una mejor entrada a su tienda si de verdad quieren clientes asíduos... como yo. Yo creo que sería un buen cliente si supiera cómo entrar. Venden cosas fascinantes. Como ese cable —señala un cable—.
— Pero hay solo una puerta como puede ver... con la que solo tirando de ella puede acceder al interior. Ahora dígame qué desea.
Eso. Vengo a poner una reclamación sobre la pésima accesibilidad a su tienda. Solo eso.
— Intentaremos pensar en qué podríamos hacer para mejorarla. Pero ahora dígame, por favor, qué es lo que quiere, ya que hay una larga cola de gente detrás de usted.
Le estoy diciendo que he venido solo a quejarme de que me ha costado la misma vida venir. Lo he pasado realmente mal.

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