24 jun 2011

Los límites del vagón atravesables.

Niño con madre y travestido, en el metro.

- Dice mi madre que es usted un hombre.
- Dile que acierta. Que va ganando, vamos. Un puntito para ella.
- Mamá, dice que vas ganando.
- Niño, no mires. Te puedes quedar ciego o tuerto.
- Señora -se levanta para hablarle de cerca-. ¿Qué tal? Mi nombre es Luisa.
- Mi nombre no es Luisa -le ofrece la mano pero la otra se la quita-, pero encantada.
- Igualmente. ¿Tiene problemas? Porque puedo fabricarle uno ahora mismo.
- Variados problemas. Sin embargo mi niño y yo ya nos íbamos a sentar a otra parte, como por ejemplo allá -señala con el dedo sin querer una parte más allá de las paredes del vagón-.
- A prisa, que estoy cansada de gentuza.
- Gentuzas, gentuzas -ya yéndose-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario