13 oct 2010

Hurtos por la tarde-noche.

- Te vi anocha robándome unas cacerolas de mi cocina, repletas de ácidos, variados ácidos. Voy a denunciarte.
- ¡Estoy asustada!
- ¡Me debes la vida y me lo pagas con hurtos! Para amigas como tú prefiero monitos titi enfermados con la lepra.
- ¡Me voy! He quedada.
- A dónde.
- Fuera de tu vista, de tu campo visual. Tus términos me espaventan. Y yo no soy tan mala como tú me quieres pintar... ¡exagerada!
- ¡No te vayas a ir ahora! Me devuelves antes las útiles de cocina. Y ya.
- Mañana mejor. Hoy peor.

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