— ¡Hoy hace un viento absurdo, ¿no cree?! —rocía con un spray específico la cara de otra señora—.
— Quién eres y por qué.
—Tome mi tarjeta —alarga la tarjeta pero no la mano—. Mi nombre es Arcadia Tenaz y vendo enciclopedias o lo que usted quiera que yo venda.
— Pues no la voy a engañar, por lo que sea quiero todo lo que usted quiera venderme ahora mismo —en lugar de pupilas tiene como unas espirales que giran muy mal, hechas como con PAINTS—.
— Para venderle objetos necesito un adelanto, aquí y ahora, de mil euros. O la cifra que usted considere oportuna. En fin, todo lo que usted lleve encima mejor.
— ¡Es usted una pródiga, si significase algo! —le da cinco billetes de siete mil euros—. No tengo más aquí suelto, me desplace. Ahora demando mis ítems.
— Soy la diosa de las ventas. Mi nombre es Arcadia Fatal. Tome —le da otra vez su tarjeta y unas canicas—.
— Necesitaba esto, no necesitaba Otra Cosa. Un beso y un saludo.
15 nov 2014
4 may 2014
Estival
Una señora que se ve que no está bien de la cabeza, vestida solo con un pareo y unas gafas de sol enormes, sentada enfrente de otra en el metro.
– ¡¡Soy estival!! –zarandeo
– No la he preguntado yo nada.
– Peor. Pregúntemelo.
– ¿Qué es usted?
– Capricornio. ¡Y estiva! Y un poco pirómana también. Secretito.
– No lo habría imaginado –mirando las cerillas o la gasolina.
– Me gustan los fuegos más que Otra Cosa, en realidad. Si tuviera que elegir estival o pirómana, elegiría PIRÓMANA.
– Ya veo.
– Soy piromanísima.
– ¡¡Soy estival!! –zarandeo
– No la he preguntado yo nada.
– Peor. Pregúntemelo.
– ¿Qué es usted?
– Capricornio. ¡Y estiva! Y un poco pirómana también. Secretito.
– No lo habría imaginado –mirando las cerillas o la gasolina.
– Me gustan los fuegos más que Otra Cosa, en realidad. Si tuviera que elegir estival o pirómana, elegiría PIRÓMANA.
– Ya veo.
– Soy piromanísima.
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